Hasta hace poco, pocas personas se preocupaban realmente por su propia salud. ¿Quiénes estarían dispuestos a cambiar el sueño por practicar un deporte, por ejemplo? ¿Pero has notado cómo esto ha ido cambiando? Cada día que pasa, vemos a más personas paseando por los parques y, por último, preocupándose por realizar algún tipo de actividad física. Quizás la búsqueda de la estética perfecta tenga algo que ver, pero nos guste o no, practicar un deporte también contribuye a mantener la salud.

Por otro lado, está claro que muchas personas todavía prefieren disfrutar de la pereza. Vive cada día como si fuera domingo… Enciende la televisión, pon tu serie favorita, coge ese tarrina de helado y simplemente relájate. Y todavía hay quienes prefieren dedicar su tiempo libre a otro tipo de actividades, que no tienen nada que ver con la práctica del deporte. Lo curioso de estos casos es que un estudio reciente concluyó que quienes hacen menos ejercicio físico tienden a ser más inteligentes. ¿Qué opinas?

El estudio

La investigación, realizada por científicos de la Universidad de la Costa del Golfo de Florida y la Universidad Estatal de los Apalaches, investigó la relación entre el esfuerzo y el tiempo dedicado a pensar y las actividades físicas que realizan las personas. Para el estudio, los investigadores analizaron el comportamiento de dos grupos diferentes: uno de ellos estaba formado por personas que dijeron dedicarse al estudio. El otro, por personas que afirmaban no detenerse exclusivamente a estudiar.

El siguiente paso sería monitorear a los involucrados durante una semana, cada 30 segundos. De esa manera, podrían tener suficientes datos para determinar qué tan activos eran físicamente. Y realmente, el resultado final fue sorprendente.

Los que menos estudiaban eran los que más practicaban algún tipo de deporte. Por otro lado, aquellos que menos ejercicio hacían eran los más inteligentes y se dedicaban más a sus estudios. La diferencia fue aún más notable los días entre semana en comparación con el fin de semana.

Conclusión

Para explicar por qué ocurrió esto, los investigadores fueron bastante categóricos. Las personas que practican menos deporte tienen más tiempo. Esto hace que se interesen más en planificar, reflexionar y estudiar, hasta que se aburren. Sin embargo, cuando se aburren, necesitan buscar algo que los mantenga ocupados, y es entonces cuando realizan actividades físicas.

Aunque tiene sentido, vale la pena señalar que este no es un punto determinante. Por supuesto, no todos los que practican menos deporte tienen un coeficiente intelectual más alto. Y no es para nada recomendable que una persona no practique ningún tipo de deporte o actividad física. El cuerpo humano necesita algún tipo de ejercicio para mantenerse saludable, previniendo enfermedades como la obesidad y problemas cardíacos.