Curiosidades

8 mentiras que dijo tu madre y que la ciencia ha desmentido

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Cuando éramos niños, nuestras madres siempre se aseguraban de advertirnos sobre los distintos peligros a los que estábamos expuestos. Aunque a veces esos “consejos” venían acompañados de regaños y mucha diversión aguada, sabemos que lo hacían porque querían vernos bien. Terminamos llevando muchas de las cosas que aprendemos en la infancia con nosotros a lo largo de nuestras vidas. Sin embargo, lo que nos contaban nuestras madres no siempre es cierto, como demostraremos a continuación y que acabó siendo desmentido por la ciencia:

Si no usas gafas el grado aumenta.

Todo niño que empezó a usar gafas a temprana edad ha escuchado muchas veces esta frase: “tienes que usar gafas, si no, la graduación aumentará”. Sin embargo, esto no es más que un mito. Los investigadores afirman que el grado de discapacidad visual aumenta de forma natural y las lentes sólo sirven para corregir defectos.

¿Es malo el mango con leche?

Cuando éramos niños, nuestras madres siempre nos advertían del peligro de mezclar el mango con leche, porque, según ellas, era malo para la salud. Sin embargo, todo indica que este mito surgió en el Brasil Colonial, cuando los dueños de ingenios azucareros, en un intento de evitar que los esclavos mezclaran fruta con leche, inventaron esta historia de que era malo para la salud.

Tragar chicle es malo porque se pega al estómago.

Eso es lo que siempre nos decían nuestras madres cuando éramos niños, pero según la ciencia, esta afirmación no es más que un mito, pues “la mucosidad de las paredes del estómago se encargará de que no se pegue en ningún lugar”.

Estar afuera en el frío puede provocar un resfriado.

¿Quién no ha sido regañado alguna vez por su madre por quedarse descalzo en casa, abrir la nevera antes de tiempo o incluso salir por la noche sin jersey? Según ellos, todos estos gestos son perjudiciales para la salud, ya que pueden provocarnos gripe, sin embargo, una vez más la ciencia dice lo contrario, ya que la gripe está causada por un virus. El hecho de que el clima frío deje nuestro cuerpo con baja inmunidad puede haber dado lugar a este mito.

Comer demasiado helado produce dolor de garganta.

Parecía que nuestras madres siempre encontraban la manera de destruir todo lo que más nos gustaba. Incluso tenían problemas con el helado, pues creían que si se comía en exceso causaba dolor de garganta. Pero, como dijimos en el tema anterior, la gripe no se produce así, y no hay nada que relacione la gripe con el helado.

Sentarse demasiado cerca del televisor es perjudicial para la vista

Constantemente somos sorprendidos y regañados por nuestras madres por pasar demasiado tiempo frente al televisor, el celular o la computadora, porque, según ellas, eso daña nuestra vista. Sin embargo, la ciencia afirma que estos actos en realidad cansan los ojos y resecan el globo ocular, pero la fatiga es momentánea, es decir, no hay datos que comprueben que este acto produzca algún daño permanente.

Comer demasiado chocolate provoca granitos en la cara

Cuando estamos en la adolescencia, hay una cosa de la que todos queremos deshacernos: esos terribles y temidos granos en nuestros rostros. Por eso, nuestras madres, intentando darnos un poquito de ayuda, siempre intentan advertirnos de que no comamos demasiado chocolate, ya que produce granitos. Sin embargo, según la ciencia esto no es una verdad absoluta, ya que el cacao no produce acné, pero comer demasiado azúcar sí puede provocar granitos.

No entrar a la piscina después de comer.

Uno de los momentos más aterradores para cualquier niño durante la infancia era el período posterior a la ingesta de alimentos, especialmente el almuerzo. Esto se debe a que las madres siempre tuvieron la súper incómoda costumbre de intentar acabar con nuestra alegría prohibiéndonos entrar a la piscina, porque, según ellas, ese acto es malo para nuestra salud. Sin embargo, según la ciencia, bañarse no es perjudicial para la salud, pero nadar es peligroso, ya que la actividad física intensa hace que la sangre, que debería concentrarse en la digestión, se utilice en la circulación por todo el cuerpo en los músculos, el corazón y la respiración.

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